Los combates son emocionantes y hay pocas cosas que se puedan comparar a trazar una ruta de hiper-salto bajo el fuego enemigo con la posibilidad de meter la pata y escoñarse contra el sol. Por no hablar de ese gustirrinín genocida que proporciona llevar la guerra al espacio Zylon, arrasar sus ciudades con un bombardeo por saturación y convertir sus planetas en solares en los que construir chalés adosados y space-burgers.
Qué rayos, hasta las primeras versiones para Atari son emocionantes.
Y aunque la mecánica de juego no tiene ninguna relación aquí les dejo un enlace a un juego de reventar cosas en el espacio, que siempre viene bien.
Ale, a matar.
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