El caso es que tras un par de años de tener el juego criando polvo en casa de mis padres me he reenganchado al juego de cartas de El Señor de los Anillos y para ponerme al día hice un pedido bastante abultado a una tienda de nerdeces generales online. Cuál fue mi sorpresa y mi momento madalena cuando al abrir el paquete vi que como premio a mi voracidad los de la tienda habían decidido regalarme un sobre de el juego de cartas de El Señor de los Anillos... de 1995.
Un juego para atraerlos a todos y
acabar con sus pagas semanales.
La cosa ya se empezó a salir de madre cuando que me habían tocado cartas con ilustraciones de Angus McBride y decidí guardar el sobre en lugar seguro y secreto cuando me entraron unas ganas locas de dirigir al Rolemaster, que lo mismo me lesiono.
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