La Privacidad -así, con mayúsculas- está de moda. Y me gustaría subrayar que está de moda, porque cuando yo era un crío la Privacidad no existía.
En aquellos tiempos pretelemáticos existía la privacidad, claro, privacidad que por supuesto todo el mundo se la pasaba por el forro de los cojones -especialmente si era la tuya-, pero no existía el concepto de Privacidad que hoy en día se maneja, debate, defiende y, por lo que parece, agrede desde el enemigo difuso que hace dos días era Facebook, ayer fue Google y hoy, no sé ¿alguien usa Tuenti?
Por aquel entonces también había fotos indiscretas, comentarios privados y secretos inconfesables que tus amigos, familiares y conocidos se encargaban de difundir a cualquiera que quisiese prestar ojos u oídos a tu información privada. Pero, claro, aquello sólo era una violación de la privacidad, no de la Privacidad. Y es que en el momento en el que Nashavalapendran Juju de Indonesia te ve el pezón -pezón que, de todos modos, TÚ has puesto en un soporte digital y al alcance de cualquiera- ya se ha cruzado la frontera, tu vida no será la misma, millones de salidos de Internet se van a masacrar a pajas con tu pezón. Va, venga, no te pongas triste y vete a tomar el sol en una playa pública enseñándole las domingas a todo el paseo marítimo.
Como ya he mencionado, dos de las bestias negras de la Privacidad son Facebook y Google, esas diabólicas empresas dirigidas por megalómanos Señores del Mal que, fíjense en su hijoputismo, nos han dado una serie de herramientas para buscar, crear, compartir y almacenar información como jamás soñó el ser humano, y todo sin pagar un miserable céntimo al mes. Pero, claro, en el momento en el que le venden nuestro e-mail a una empresa que nos enviará un par de correos basura al mes ya han cruzado la línea, han atentado contra nuestra Privacidad. No hay filtro de spam que nos proteja porque conocen nuestra dirección de correo electrónico y nuestra fecha de nacimiento ¡Estamos perdidos! ¡PERDIDOS!
Y mientras tanto, mientras nos lamentamos porque la gente ve nuestras fotos esnifando speed en el culo de un transexual brasileño, esas fotos tan comprometidas que permitimos que nos saquen alegremente, la gente que de verdad maneja nuestros datos Privados se dedica a venderlos al mejor postor.
Pero, oiga, como es gente que ha aprobado un examen y/o ha sido nombrada a dedo por un imbécil elegido mediante la votación de unos cuantos cientos de miles de imbéciles más pues nada, adelante, sigan con que Google es el Mal y que Facebook es la undécima plaga.
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