Pues parece que hoy vuelve a tocar hablar de Warhammer aunque sea de refilón, y es que me he enterado -y me ha costado no morir de la risa- que Blizzard a demandado a otra compañía por fusilarle algunos diseños.
¿Que por qué me hace gracia? Pues...
Llevo ya un puñado de años viviendo -aunque intermitentemente- en Salamanca y hay algo que siempre me ha llamado la atención: al acercarse la Semana Santa, en la Plaza Mayor se despliegan los estandartes de las cofradías y durante un par de semanas parece que la ciudad va a ser la sede de una convención de los Marines Espaciales.
En la lúgubre luminosidad del cercano presente
sólo hay obras públicas
Claro que la similitud no es casual, a fin de cuentas la estética góticonoircatóli-retropostapocaliptinquisitofuturista del Warhammer 40.000 no ha surgido de la nada.
Como ya sabrán, aquí en Le Pédant somos muy fans de las aventuras conversacionales, ese entretenimiento levemente masoquista que convirtió a toda una generación de niños sin amigos en derviches del diccionario de sinónimos.
También somos muy fans de Interstellar, de sus robots sarcásticos, su astronauta tejano seco y, que porras, también somos muy fans de cuantificar el amor humanoide más allá de la cuarta dimensión. Por eso es una sorpresa que se nos haya escapado esto hasta ahora.